
Me echaron de la barra de los bares,
desgarré mi camisa de lunares,
dejamos de jugar a hacernos daño.
Rimando la canción del desengaño
prescindí de los fuegos malabares,
cambié las alegrías por soleares
y al tipo que te amó... por un extraño.
Me acosaron desgracias imprevistas,
sufrí, dudé, perdí.
Fui tropezando, extramuros
del swing de los artistas
Prófugo de un dolor que ya no existe
llevo 500 noches celebrando
la impúdica belleza de estar triste..."
Joaquín Sabina
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