"Pasaron tantas cosas aquel año...
Me echaron de la barra de los bares,
desgarré mi camisa de lunares,
dejamos de jugar a hacernos daño.
Rimando la canción del desengaño
prescindí de los fuegos malabares,
cambié las alegrías por soleares
y al tipo que te amó... por un extraño.
Me acosaron desgracias imprevistas,
sufrí, dudé, perdí.
Fui tropezando, extramuros
del swing de los artistas
Prófugo de un dolor que ya no existe
llevo 500 noches celebrando
la impúdica belleza de estar triste..."
Joaquín Sabina
lunes, 30 de marzo de 2015
martes, 24 de marzo de 2015
Nos falla...
jueves, 19 de marzo de 2015
¿Qué es de este mundo...?
"La base de todo es pensar que hoy es el día que morirás. Eso da sentido a la vida. No hay más.
Y cuando al día siguiente despiertes, tendrás la mayor de las alegrías al darte cuenta de que te han regalado veinticuatro horas más.
Pero recuerda que cada día lo has de vivir a tu manera. ¿De qué sirve vivir con sus reglas? Con las normas de los que desean que pienses que vivirás mil años para que no te centres.
No, no viviremos mil años, viviremos un día. Y luego otro y otro más... Si piensas así, conseguirás que no te atrapen con sus trucos para que hipoteques tu vida.
Piénsalo bien, si sólo te quedara un día: ¿trabajarías ese día?, ¿pagarías tus facturas?, ¿te interesarían las noticias?
¿O, en cambio, intentarías enamorarte? ¿Jugar? ¿Reír? ¿Amar? ¿Gritar? ¿Cantar? ¿Qué harías?
¿Lo comprendes? No tienes que hacer nada que no desees. No te obligues a nada que no necesites. Tan sólo vive el segundo, disfruta el minuto.
Y sobre todo olvida las obligaciones: son un círculo vicioso. Si entras en su rueda, siempre habrá obligaciones. Siempre.
Y si vives con sus normas, tu ciudad te impedirá ver tu alma. Esos edificios altos fueron puestos allí para no dejarte ver nada más excepto otros edificios gigantescos.
Y recuerda que cuando expliques esta teoría sobre la libertad, sobre no tener obligaciones, todo el mundo te dirá: 'Si todos lo hiciéramos, si todos fuéramos libres de elegir, de obligaciones, de deseos... ¿Qué sería de este mundo?'.
Tú sólo respóndeles: 'Y haciendo todo lo que se supone que debemos hacer... ¿Qué es de este mundo?'.
El problema no es que sólo usemos el diez por ciento de nuestro cerebro, sino que no utilizamos ni el dos por ciento de las emociones de nuestro corazón..."
Albert Espinosa. El mundo azul. Ama tu caos.
Y cuando al día siguiente despiertes, tendrás la mayor de las alegrías al darte cuenta de que te han regalado veinticuatro horas más.
Pero recuerda que cada día lo has de vivir a tu manera. ¿De qué sirve vivir con sus reglas? Con las normas de los que desean que pienses que vivirás mil años para que no te centres.
No, no viviremos mil años, viviremos un día. Y luego otro y otro más... Si piensas así, conseguirás que no te atrapen con sus trucos para que hipoteques tu vida.
Piénsalo bien, si sólo te quedara un día: ¿trabajarías ese día?, ¿pagarías tus facturas?, ¿te interesarían las noticias?
¿O, en cambio, intentarías enamorarte? ¿Jugar? ¿Reír? ¿Amar? ¿Gritar? ¿Cantar? ¿Qué harías?
¿Lo comprendes? No tienes que hacer nada que no desees. No te obligues a nada que no necesites. Tan sólo vive el segundo, disfruta el minuto.
Y sobre todo olvida las obligaciones: son un círculo vicioso. Si entras en su rueda, siempre habrá obligaciones. Siempre.
Y si vives con sus normas, tu ciudad te impedirá ver tu alma. Esos edificios altos fueron puestos allí para no dejarte ver nada más excepto otros edificios gigantescos.
Y recuerda que cuando expliques esta teoría sobre la libertad, sobre no tener obligaciones, todo el mundo te dirá: 'Si todos lo hiciéramos, si todos fuéramos libres de elegir, de obligaciones, de deseos... ¿Qué sería de este mundo?'.
Tú sólo respóndeles: 'Y haciendo todo lo que se supone que debemos hacer... ¿Qué es de este mundo?'.
El problema no es que sólo usemos el diez por ciento de nuestro cerebro, sino que no utilizamos ni el dos por ciento de las emociones de nuestro corazón..."
Albert Espinosa. El mundo azul. Ama tu caos.
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