miércoles, 11 de diciembre de 2013

Siempre y nunca...

"Guárdalo bien" le dije entregándole un pedazo de mi corazón. "Así lo haré, y estarás conmigo para siempre" me respondió. Y lo metió en el congelador, en un intento fallido por que durara para toda la eternidad. Y mis sentimientos comenzaron a enfriarse conforme pasaba el tiempo, pero no podía culparme, había sido ella quien no había sabido escoger el escondite exacto. Yo sólo quería que lo guardase junto al suyo, para que me sintiera cerca, y al final, el frío nos alejó. Y nunca más volvimos a sentir ese calor que emanaba del contacto de nuestros corazones. Y así fue como nuestro siempre se convirtió en un nunca, y nuestro nunca en un siempre. Porque al fin y al cabo, siempre y nunca son una eternidad. Pero hay eternidades que pueden elevarte al séptimo cielo y otras que, bueno, simplemente duelen 7 vidas.

Sentimientos congelados. Blog Utópicos Anónimos.

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